miércoles, 22 de octubre de 2008

La Vía Óptica


La vía visiva comienza en los receptores: conos y bastones, que se encuentran distribuidos en la retina de manera no uniforme: en la fóvea se encuentra la mayor parte de los conos (responsables de la visión en condiciones de alta luminosidad), mientras que en torno a ellas se distribuyen los bastones (responsables de la visión en condiciones de baja luminosidad).

En esta, y después de dos sinapsis emergen axones que confluyendo al disco o papila, hacia medial del polo posterior del ojo, constituyen el nervio óptico, segundo par craneal, responsable de trasmitir el impulso nervioso que surge en la retina hacia el cerebro.

Los nervios ópticos de cada lado se juntan para formar la siguiente parada de la vía visiva: el quiasma óptico, ubicado en la fosa cerebral anterior, por delante de la silla turca. Se produce aquí el entrecruzamiento de las fibras nerviosas: la mitad de las fibras aproximadamente pasan del nervio óptico derecho a la cinta óptica izquierda, y viceversa, naciendo así el tracto óptico.

Este conduce el impulso al cuerpo geniculado lateral, el cual es parte del diencéfalo (tálamo) y son estaciones de relevo (se produce sinapsis).

De aquí salen las radiaciones ópticas que se dirigen a la corteza occipital, estación final de la vía óptica.

No hay comentarios: